Estoy sentado a pocos metros de un condenado a muerte. Judío de nacimiento. Por oficio es fabricante de carpas. Por llamado es Apóstol. Sus días están contados. Siento curiosidad por saber qué sostiene a este hombre al acercarse su ejecución. Así que le hago varias preguntas. Apóstol Pablo, Cómo Usted se siente en estos momentos. Que lo sostiene sin temor al enfrentar la muerte ?.
Su respuesta con voz muy calida dice: “He peleado la buena batalla de la fe”. Traté de llevar una vida recta delante de Dios. Enseñando la Palabra de mi Dios. Quien me rescató de las tinieblas con su luz admirable. Haciendo de mí Rey y Sacerdote, Nación Santa, Pueblo escogido, suyo, para anunciar las virtudes de Aquel que nos llamó a su luz admirable. Por este camino largo de mi vida, he anunciado a Jesús como Señor y Salvador personal de la humanidad. Joven Periodista, No me he avergonzado del Evangelio porque es poder de Dios, para salvación a todo aquel que cree, al judío primeramente y también al griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: «Mas el justo por la fe vivirá».

Al oír estas palabras del Apóstol Pablo, mi corazón fue conmovido. Mis ojos se llenaron de lágrimas al contemplar a este Hombre de Dios, expresando sus íntimos sentimientos. Por su fe en Cristo fue encarcelado. Torturado en el cepo dentro de la cárcel. En medio de su sufrimiento, Él escribió a sus Hermanos, diciendo: -Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo, Regocijaos. Tenía presente las Palabras de su Maestro ‘Él que cree en mí, y cree en las obras que yo he hecho, ha pasado de muerte a vida eterna’.
El tiempo se me está yendo, hago las últimas preguntas: ¿Algún galardón?. Su rostro resplandeció de alegría al oír esta pregunta. Su respuesta fue: – No en la tierra. Veo que ya lo vienen a buscar para la ejecución. Otra pregunta. Entonces, Apóstol Pablo que tienes, sin posesiones, ni familia…. ¿Qué tienes que valga la pena?. Se pone de pie y lanza una mirada directa a mis ojos, con mucho amor, manteniendo una voz tierna dice: - Tengo mi Fe. Es todo lo que tengo. Pero es lo único que necesito. He guardado la Fe.

Esta historia es real. Tal vez no tienes a Jesús como tu Señor y Salvador personal. Tu vida es un caos total. Necesitas arreglarla con Dios. Te invito a que hagas una Oración de Fe, diciendo junto conmigo: Jesús te necesito. Dame otra oportunidad. Quiero tener una nueva vida contigo. Perdona mis pecados. Me arrepiento de todos y cada uno de ellos. Anota mi nombre en el Libro de la Vida. Renuncio a Satanás para siempre. Amén.
Te dejo un mail para que me escribas. Estaremos orando por ti y tu familia mrestauracionyvida@gmail.com Bienvenido a la Gran Familia de Dios.
LA GRACIA, UNCION Y PODER DE DIOS SEA DESATADO EN TI PARA VIDA ETERNA.
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