MI VERDADERA INDENTIDAD EN DIOS

Cuando hablamos de Identidad, nos referimos a quiénes son nuestros Padres. Generalmente tenemos una gran similitud con nuestros progenitores; en el carácter, en lo físico y otras cosas más; por eso, tenemos siempre la apariencia similar a nuestros Padres. La Biblia dice: “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios" Juan 1. 11/13. Un día tus padres te engendraron, naciste; pero allí no se acaba toda la cosa en tu vida. Hay un segundo nacimiento que es del Espíritu en ti, y de eso habla este pasaje. Aclara que el nacimiento no tiene nada que ver con la voluntad humana, sino que es exclusivamente de Dios.

Al primer nacimiento lo llamaremos carnal; pues, tenemos padre visible. El segundo, hablaremos en término espiritual; porque este es un nacimiento espiritual. Existe una gran diferencia entre ambos. En el primero ya conocemos a nuestro padre terrenal, pero en el nacimiento espiritual, no conocemos a nuestro Padre Celestial. Porqué, está lógicamente en el cielo; y por tanto, para conocerlo, debemos tener una revelación del Espíritu Santo en nuestra vida, y entender nuestra naturaleza espiritual. Ya tenemos una naturaleza carnal, la cual conocemos; lo otro está por conocerse.

Es allí donde quiero llegar, a ese punto. Pues, el Reino de los cielos funciona de una manera muy distinta al que ya conocemos de este mundo. Nuestros padres terrenales, no tienen capacidad extraordinaria para hacer grandes cosas; como ser generar un milagro, ser padre perfecto, brindarnos todo lo que necesitamos, abrigo, amor, seguridad, estabilidad emocional, etc. Y varias cosas más, que el ser humano los necesita.

Pero nuestro Padre Celestial, sí tiene capacidad ilimitada. Puede hacer milagro, puede cambiar nuestra mentalidad, puede mejorar nuestro conocimiento, nuestro estándar de vida. Él lo puede todo. Puede sanarnos de una enfermedad mortal, como ser cáncer, leucemia, sida etc. Pero hay un pero, debemos pedir al Espíritu Santo que nos revele a nuestro Padre y así poder conocerlo, para disfrutar de su amor y de su persona.

Uno de los propósitos de Dios, es que el Hombre conozca que Él, por excelencia es Padre proveedor. Está siempre para apoyarnos, para conceder las peticiones de nuestro corazón, y darnos todo lo que necesitemos. Todo de todo. Él llenará por completo todo nuestro ser. Debo tener en cuenta que tengo el ADN suyo. Cada día que pasa voy a adquirir su carácter, su personalidad, porque pediré la ayuda de su Santo Espíritu en mi vida.

Por último quiero decirte, que Dios no es como tu padre terrenal. Muchas veces, se lo compara con un padre terrenal; no, eso no es así, Él es diferente. Por esto, necesitas pedirle perdón por compararlo. No es ni será jamás como un padre terrenal. Nunca está enojado contigo, siempre está buscando la manera que Tú recibas su amor y bendición.

Tu Padre terrenal, en su capacidad humana, siempre ha tratado de darte lo mejor; y a veces, no pudo dar lo que realmente necesitabas. Esa imagen proyectas a tu Padre Celestial. Quiero decirte, que debes renunciar a este pensamiento; esto es un verdadero obstáculo que te impide acercarte a tu Padre Celestial. Crees que siempre reaccionará como lo hacía tu Padre terrenal. Lo que el diablo quiere es comparar a Dios Padre con un ser humano lleno de imperfecciones.

Quiero ayudarte a conocer a nuestro Padre Celestial dejándote este consejo. Pide al Espíritu Santo; que te revele al Padre, cómo es Él verdaderamente. Que te revele cuánto te ama y de qué manera te ama. Sólo por la revelación del Espíritu sabrás cómo es tu Padre. Necesitas pedirle perdón por compararlo con tu Padre terrenal. Cuando Tú hagas estos pasos sencillos, tendrás una revelación que viene del cielo y disfrutarás de tu nueva relación con tu Padre Celestial que está esperando por ti.

Puedes hacer ahora una Oración de fe, pidiendo a Jesús, sea tu Salvador personal, y así, ser parte de la familia del reino de los cielos. Repite esta Oración diciendo: Amado Jesús, necesito que me perdones todos mis pecados; porque reconozco que soy pecador, y me arrepiento de mis pecados. Ahora te pido que tu Santo Espíritu me revele a mi Padre Celestial y así disfrutar de su presencia en mi vida. Prometo servirte hasta que me lleves ante Tu presencia. Amén.

Si haz hecho esta oración por primera vez en tu vida, te doy un mail para dejar tu nombre y tus dificultades. El Equipo Restauración y Vida, orará por ti y tus necesidades. Desde ya, Seas Bienvenido a la Gran Familia de Dios aquí en la tierra.

QUE DIOS SOBREABUNDE EN BENDICIONES SOBRE TU VIDA Y TU FAMILIA.

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