Un encuentro de tercer tipo con Dios.

Piensa. Cómo llamarías a un Hijo que solo ha escuchado de su Padre y nunca lo ha encontrado?. Quién describiría mejor a la montaña, el que lo vio de lejos o el que lo escaló?. Quién puede arreglar tu auto descompuesto, Tu o tu Mecánico?. Si Tu has escuchado de tu Padre y nunca lo has conocido simplemente eres un huérfano. Y si frente a un montañista describes la montaña que Tu lo viste, El simplemente te ignorará. Y Tu no podrás arreglar el auto, pues tu Mecánico mejor conoce el interior del auto. Un refrán dice: Ver vale más que mil palabras.
El apóstol Pablo fue uno de los mejores conocedores de la Palabra de Dios, pero cuando ciertamente se encontró con Jesús dijo: Señor, Quién eres?. O sea, Pablo le dijo a Quien supuestamente conocía mejor que todos: Dios, Quién eres?. Es como si un Hijo le dijera a su Padre: Papá, eres tú?. Este encuentro con Dios cambió radicalmente la vida de Pablo. Y su conocimiento de la Palabra de Dios cambió a un entendimiento vivido y experimentado del Verbo Viviente.
Nuestro Padre Dios, te ama. Y quiere un encuentro íntimo contigo. Por eso Dios es llamado Emanuel: Dios con nosotros. Y Dios usa las circunstancias para propiciar este encuentro contigo. Moisés fue desterrado de su país y en su vida como Pastor de ovejas se encontró con Dios. Y a Job, en un solo día, se le quitó toda su fortuna, fueron masacrados sus hijos y cuando fue abandonado por sus amigos Dios habló a Job. Y Job dijo: De oídas había oído hablar de ti, pero ahora te veo con mis propios ojos (Nueva Versión Internacional).
Estás en bancarrota?. Estas contando los días de tu muerte?. Tus padres te han abandonado?. Quieres suicidarte porque no hay esperanza?. Llama el Nombre de Jesús, porque ha llegado el Día de tu Salvación para encontrarte con tu Padre Celestial. Y da gracias y gloria a Dios porque cuando te encuentres con Dios, hallarás la solución a tus problemas y tus enemigos huirán.
Di hoy estas palabras: Jesús, sálvame de esta situación. (Cita tus problemas a continuación). Quiero encontrarme con Dios porque El tiene la solución. Me humillo y clamo el Nombre de mi Salvador y Señor, Jesús. Amén.

Escrito por Nicolas Ko, amigo y discipulo.

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